La generación que no necesita departamentos de marketing

Felipe González Gil
2 min readDec 3, 2018

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María Villar, ex concursante de OT.

María Villar es una concursante de OT que fue expulsada la semana pasada del programa de televisión. Desafortunadamente para ella, se habló mucho menos de su futura carrera como artista y mucho más de la sonada visita de su pareja, Pablo Amores. Durante la misma, éste se mostró visiblemente alterado, declarando que echaba de menos su culo y respondiendo a Roberto Leal (el presentador) que una vez salieran, lo que harían sería “follar, follar y follar”.

María ha demostrado ser carismática, abierta y valiente. Se ha metido en todos los charcos posibles: desde compartir su incomodidad por tener que cantar una canción de Mecano que incluía la palabra mariconez como expresión peyorativa hasta declarar durante un almuerzo: “Las mujeres no somos sólo un agujero donde meter tu polla”. De ahí que muchos fans del programa no entendieran la irrupción mediática de su novio y lo expresaran visceralmente en redes.

Al margen de que estas críticas sean al azar (y sean todas de hombres), lo que se desató a continuación es lo que cualquier agencia de marketing consideraría una crisis de comunicación. La reputación de María y de su pareja en entredicho en un momento crucial de su emergente carrera artística. Y no creo que haya sido agradable para ella ni tampoco fácil de surfear.

Un momento viral funciona como un tsunami: borra todo rastro de lo anterior. No importa que Pablo Amores tenga una carrera como artista. Tampoco importa que María no tenga porqué ser responsable de un momento íntimo que se multiplica a escala mainstream-prime-time-doble-whopper. Lo único que importa es el titular: María la feminista tiene un novio machista. Por eso su primera aparición pública en Twitter ha sido maravillosa.

No hay agencia de marketing que diseñe esto. Crisis zanjada con un tuit que cualquier asesor o libro de autoayuda publicitaria habría desaconsejado. En minúsculas, sin signos de puntuación, con muchisisisisisima espontaneidad y sobre todo con una elegante sorna María responde a un complejísimo momento mediático.

El otro día Rosalía insistía en que la idea de que la industria estaba detrás de ella como si fuera una marioneta era ‘muy antigua’. Hoy este tuit de María refuerza esa tesis y añade otra: esta generación tiene un dominio de lo mediático brutal. Han crecido entre selfies, vines y stories. Entre muros de Facebook e hilos de Twitter.

El otro día un amigo me preguntaba porqué los millenials sienten la necesidad constante de autoreivindicarse. ¿Quizás porque son juzgados severamente? Hay mucha gente a la que le causa ansiedad porque no se parecen a los jóvenes de ayer. Pero demuestran unas destrezas comunicativas en las que, pase lo que pase mañana, ellos lo van a relatar en primera persona.

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